Holly Michaels en su enésimo polvazo
La licuadora yanqui, como algunos la llamáis, sigue en su senda hacia la gloria pornográfica recorriendo la ruta más segura: la del trabajo duro, la pasión por su oficio y el talento de aquellas diosas que, si no han nacido para el porno, como mínimo lo han hecho para disfrutar de su propia sexualidad. Holly Michaels se reencuentra hoy con James Deen después de un primer cruce a solas quizá demasiado extremo para el gusto general, de la mano de Kink y sus cuerdas y poleas. Lo de hoy es menos calculado, más pasional, más de verdad, y con mucha química. Que ver a Holly entre algodones es bonito, pero entre sudores también.