Denegación del orgasmo: pura maldad
Entre las decenas de prácticas que se engloban en el ámbito de la dominación femenina o femdom destaca una especialmente cruel. Se trata de la denegación del orgasmo, es decir, la estimulación del sexo masculino hasta el punto previo a la eyaculación, momento en el que la dominatrix en cuestión detiene lo que está haciendo dejando a su sometido a las puertas del orgasmo. Esto se repite una y otra vez, en ocasiones incluso utilizando pinzas y otros artilugios de presión, golpes o materiales fríos en contacto con el glande para evitar el clímax del esclavo que la mayoría de veces sufre la frustración de estar amordazado para que no pueda terminar lo que su ama comenzó. El resultado termina siendo una seguidilla de pequeñas poluciones espontáneas hasta que finalmente se alcanza de una vez por todas la eyaculación total con un orgasmo que, paradójicamente, resulta mucho más intenso y placentero de lo normal.