La animadora y el director de colegio
La traviesa Katie llevĂł a Mark a una enorme mansiĂłn que estaba cerca de su casa. La puerta estaba abierta y ambos entraron. No habĂa nadie allĂ y curiosearon un momento en el salĂłn. Katie retirĂł los manteles y se puso sobre la mesa. QuerĂa que se la follara allĂ, en aquella casa ajena y Mark, por supuesto, no se negĂł al morboso ofrecimiento de aquella viciosilla. Una escena de Katie St. Ives, una reciĂ©n llegada al porno que, con esos ojitos medio bizcos, ese cuerpo prieto y turgente y ese caliente coñito, seguro dará que hablar.