Madison y Rebeca, clones de lujo
Bajo la batuta narrativa del mismo guionista que nos trajo la muy trabajada parodia de La naranja mecánica, un tal Woodstock, nos llega otra historia de ciencia ficción, aunque esta vez parece que se han preocupado mucho más del follaje y mucho menos de la ambientación. Rebeca Linares y Madison Ivy, profesora y alumna (o al revés, qué importa el orden, ¿no?), han sido clonadas en una institución preocupada por vendernos la máxima realización posible en cuanto a fantasías sexuales. El lampiño Johnny Sins, con su carisma y oportunismo habitual, es aquí un observador del gobierno que viene a supervisar el funcionamiento del asunto y, ya que está, a probar el material.