no cuesta tanto hacer feliz a un hombre
Si es que somos más simples que el mecanismo de un botijo amigas puritanas, necesitamos muy poco para ser felices y cuando se nos niega eso, la frustración es grande y nos ponemos muy cabezones. ¿Queréis hacer un viaje desde hace años y vuestro novio o marido se niega?, ¿estáis hartas de cocinar mientras los holgazanes con los que vivís están en el sofá jugando a la consola o viendo el fútbol?, ¿cansadas de quitarles a los tíos los pelos de los huevos de la ducha?, ¿hasta el mismísimo coño de que no os hagan caso? ¡¡¡STOPPPP¡¡¡¡¡, la cosa es tan sencilla como comprarse lencería nueva, esperar a vuestro maridito en el sofá vestidas solo con la ropa interior y cuando lleguen del trabajo y se queden de piedra admirando las vistas, retirar el tanguita dejandoles ver el coño a pelo recién depilado y decirles: cariño, saca tu polla y córrete aquí dentro... ¿Que rompe el romanticismo o es demasiado frío?, tal vez, pero funciona siempre. ¡¡¡Ahhhh¡¡¡¡, se me olvidaba deciros que les saquéis cuanto queráis antes de que terminen y que lo firmen, de lo contrario, cuando acaben dentro todas esas buenas intenciones se esfumarán de un plumazo y las palabras se las lleva el viento.