Cruel castigo para la pecadora
Después de confesarse a ese cura, la monja recibe un ejemplar castigo siendo golpeada en los cachetes del culo hasta deshacerse de dolor, provocándole que probablemente no vuelva a pecar más... Viendo tan rojos cómo le quedan los cachetes, nos imaginamos el nivel de machacada intenso que ha sufrido, haciendo disfrutar a los amantes del sado deliciosamente.