Aletta Ocean en una de sus primeras escenas
Otra joya directamente importada desde la valiosísima cantera húngara es esta vieja conocida a la que a buen seguro habéis rendido ya más de un homenaje en vuestros momentos de autoamor. Y es que Aletta Ocean exuda sexo por cada poro de su piel y con esos ojazos y ese cuerpo, incluso en una escena como ésta, rodada antes del proceso de cirugía tanto de pecho como de cara a la que se sometió y usando aún el apodo Doris (y menos mal que al final decidió quedarse con Aletta Ocean y no con Aletta Alien, otro de sus pseudónimos), uno no puede hacer más que encomiar su talento y sus virtudes ante la cámara en compañía de otro húngaro ya retirado como Kevin King.