Anal en los vestuarios del gimnasio
En el pequeño gimnasio del barrio aquel dÃa no habÃa nadie, excepto la tremenda Ricki White. El ya estuvo mirándola mientras movia ese cuerpazo a ritmo de ejercicio, mientras sudaba la pequeña camiseta, casi incapaz de contener aquellas tetazas (con sus respectivos pezones) y empapaba el pantaloncito que apenas cubria su culazo. Viéndose solo se le ocurrió un plan, cerró el vestuario de las chicas obligándola a ducharse en el de los tÃos para asà poder cumplir su fantasÃa voyeurista. Anal duro en los vestuarios del gimnasio, este si que es el mejor deporte y lo demas son gilipolladas.