Dura mezcla de placer y dolor
La putita se mueve entre la delgada línea que separa el placer del dolor, encantada al sentirse al servicio total de su amo que la ata apretando sus tetas entre las cuerdas, obligándola a sentir la fricción del vibrador por el coño sin poder resistirse. La guarra grita gozando en el límite del gusto, exigiendo el cabrón que se meta la polla hasta que le golpea el paladar, babeándola entera y llenándose la cara de lefa.