Encargándose una perra de ponerle a prueba
Lo que iba a ser una simple sesión de fotos, acaba con la directora de la prueba pidiéndole a la modelo que se despelote para ella, gozando de su cuerpo y del atrevimiento de la guarra que va directa a manosear su peludo coño. Con un cinturón equipado con un consolador, la rubia empieza a taladrar a la furcia, que goza como nunca, quedando las dos satisfechas de placer, cayendo rendidas sobre el sofá.