Tracey Sweet: donde hay pelo hay pasión
Tracey Sweet llegó a la industria del porno en con años y nadie terminó de hacerle demasiado caso pese a su enorme personalidad en cuestiones de montar sobre un rabo. El motivo era evidente: las rubitas aniñadas con pinta de cheerleader, el paradigma de teen zorrón, pasó de moda con el boom de las MILF y la posterior fiebre del glamcore. En los años de Gauge, puede que Tracey hubiese tenido su espacio, pero hoy en día se limita a un papel secundario en las dos docenas de escenas que rueda al año. Talento, eso sí, no lo falta como veréis en este intenso polvazo con Anthony Rosano para Hair Down There.