¡Ganas de polla de buena mañana!
La zorra salta sobre la cama del tío pidiéndole que le de la polla que necesita de buena mañana, consiguiéndola sin problemas en el fondo de su boca, sujetándola el cabrón por la cabeza para dirigirle el nardo duro hasta la campanilla, ahogándola y dejándola sin aire. Una vez alimentada, la perra se abre y aguanta entre gemidos los salvajes empujones del pervertido, que la parte en dos con tanta furia, pajeándose sobre ella aliñándola con su corrida.