Dándose placer en la sala de castigo
Al entrar en la sala de castigo la jovencita despelota a la otra colegiala y comienza a comerle el coño con una calidad brutal, notando como su agujerito chorrea como nunca... Devolviéndole el favor la rubiaza se coloca con las piernas bien abiertas, percutiéndose el coñito con un dedito mientras la otra golfa le mete uno suyo, culminando en un orgasmo muy placentero.