Haciendo gemir a la perra pareciendo que está matándola
Sin quitarse las gafas para mayor morbo y en lencería, el negrito le va dando esos pollazos que le hacen gemir como una loca, trabajándosela con el ritmo perfecto para que note el capullo a tope... Cambiándose de espaldas a cabalgar, empieza a botar encima de la polla hasta la saciedad, llegando el momento por parte del negrito de aumentar el ritmo de machacada.