¡Le pone cachonda que la miren!
En el lavabo descubre que la están espiando, invitando al intruso a entrar para ver como se da placer de una forma muy bruta. Abre su culo con las manos, comprobando que dilatados tiene los agujeros, y no duda en empezar a perforarse con un consolador, a ritmo muy rápido gimiendo sin parar hasta estremecerse de placer.