Lylith Lavey, una novata que apunta maneras
Nacida hace tan solo añitos en el pequeño pueblo de escasos habitantes Schuylkill Haven, Pennsylvania, Lylith Lavey tuvo desde el principio muy claro hacia dónde quería dirigir su carrera. Empezó como modelo de corte más bien gótico, aprovechando su pelo oscuro, sus numerosos piercings y su tez tatuada. Pero pronto se dio cuenta de que lo que a ella le gustaba realmente era comer rabos ante las cámaras, así que, ni corta ni perezosa, se puso extensiones, se tiñó el pelo de rubio platino y se quitó el metal que llevaba anillado a su rostro. Ahora su imagen dista mucho del look alternativo que lucía antes, y lo cierto es que la combinación actual de tatuajes, cabello dorado, atractivo rostro y generosos pechos pueden terminar haciéndole un hueco en el firmamento porno si las cosas le van bien.