un caso de lactofilia extrema real
Del eslabón perdido entre el mono y el hombre aún nos faltan muchos datos para poder poder una respuesta exacta, pero de lo que no tengo dudas es del origen de la lactofília en el porno. Cualquier persona que vea a una mujer con las tetas como balones de fúbol y que suelte leche a chorros sin tocarse, sabe que tiene ante sí un filón, una gallina de los huevos de oro que hay que rentabilizar como sea. Pues eso pasaría probablemente cuando se inventó ésta práctica sexual que cuenta ya con cientos de miles de adeptos, y no me extraña tíos, mujeres así te tienen entretenido horas.