El calvo y su compañero de piso se encargan de la rubia
Alertado por los gemidos de la zorra de su compañera de piso, el calvo acude al lavabo encontrándosela masturbándose con esos juguetes por el coño y ano, aprovechándose de la situación para follársela de nuevo y saciarse ambos. Con una deliciosa coincidencia, en ese momento también llega el otro compañero de piso, formándose un trío espontáneo magnífico por el que pasa por un simultáneo a dos pollas insoportable...