a la salud de mi profesor de filosofia
Para mi, no basta tener mucho palique o estar cuatro horas hablando sin parar para ser un buen orador, hay que llegar a lo más profundo de las personas tanto con la palabra como con la lengua, y sí, me estoy refiriendo ahora al sexo oral. Si le haces una buena mamada de coño a una mujer y además tienes las palabras justas para ella, probablemente seas el motivo de sus pajas de por vida aunque esté casada con otro tío. El profesor de filosofía ha sido capaz de penetrar la mente de esta pelirroja y seguramente no sea lo único que haya penetrado, pero el hombre tiene mucho trabajo y no puede atender a todas las chicas necesitadas, por eso ellas alcanzan su paz interior en solitario pero sin olvidar las palabras del "maestro".